NECESITAS:

 

  • 6 sobaos cuadrados
  • 1 huevo
  • 200 ml de leche
  • piel de naranja
  • piel de limón
  • Ramita de canela

Para caramelizar:

  • 1 cucharada de mantequilla
  • Azúcar moreno

Si hay un postre «semanasantero» que destaca entre todos los postres tradicionales típicos de estas fechas, ese es sin duda la torrija. Un pan bañado en leche, rebozado y frito, es el dulce más demandado en España durante la Semana Santa.

La torrija nació como plato de aprovechamiento para no desperdiciar el pan sobrante, pero con el tiempo este plato, casero y sencillo, ha ido sufriendo variaciones; ha llegado incluso a ser versionado por chefs con estrellas Michelín (que ya ni las hacen con pan, ni las rebozan, ni las fríen, …) para acabar incluyéndolo en sus cartas de postres todos los días del año.

Creo que una buena receta de aprovechamiento es bienvenida en todo momento, pero más aún en estos días en los que debemos intentar ir al super justo lo imprescindible, para ello es necesario sacar el máximo partido a lo que hay en casa. En la mía, junto a la consigna de «quédate en casa» tenemos esta otra: «la comida no se tira».

Aprovechando que ya estamos en Semana Santa, he hecho estas torrijas con unos sobaos que llevaban un tiempo abiertos y que ya a nadie le apetecían (la bollería es un producto que no solemos comprar, pero parece que estos días se nos da por hacer cosas raras… ¡y no quiero mirar a nadie!). Unas torrijas riquísimas, siguiendo estas tendencias de no rebozar, ni freír… Realmente se parecen más a unas tostadas francesas. Ahora, si prefieres unas más tradicionales, hace tiempo compartí unas torrijas con merengue y natillas (una receta de Picadillo), más elaboradas, pero también riquísimas.

¡Como ya son casi las ocho, te dejo con la receta, que voy a salir al balcón a aplaudir!

COMO SE HACEN:

– Calienta la leche con las pieles de limón y naranja —sin la parte blanca— y la canela. No le he puesto azúcar porque los sobaos ya son dulces, pero si los vas a sustituir por pan, le deberás añadir un par de cucharadas de azúcar a esta mezcla. Puedes calentar la leche al fuego, o en el micro unos 90 segundos a potencia máxima.

– Espera a que la leche se enfrié para continuar porque si la añades caliente sobre los sobaos se van a desintegrar, literalmente.

– Bate el huevo y vierte encima la leche colada.

– Corta los sobaos a la mitad y pásalos por la mezcla de huevo. Esta labor la tienes que hacer de uno en uno y rápido —¡un remojón y fuera!— porque se rompen en un suspiro.

– Ve poniendo los trozos ya bañados en una fuente y métela en el congelador como mínimo una hora, de esta manera las torrijas se endurecerán y las podrás manipular con más facilidad.

– Calienta una sartén antiadherente con unos trocitos pequeños de mantequilla y tan pronto se funda, introduce con cuidado los sobaos, previamente rebozados en el azúcar.  Con la ayuda de dos espátulas ve girando las torrijas para que se doren por todas las caras. La temperatura del fuego deberá ser medio/bajo para que no se quemen, ten en cuenta que el azúcar quemado amarga ¡un horror!

– Vas a conseguir una torrija rectangular espectacular: con una cobertura crujiente y caramelizada que envuelve un interior suave y cremoso, pero tampoco demasiado dulce.

– Puedes acompañar estas torrijas con un helado, un coulis de fruta o una natillas (como he hecho yo hoy)

SUGERENCIAS:

– Me voy a adelantar yo antes de que me me lo digas tú; están riquísimas, pero no sanísimas (intenté contarles las calorías, pero cuando casi llegué a mil, paré.😜)

– Se pueden tomar calientes o frías.

– Suelen aguantar en buen estado solamente un par de días, ya que la leche fermenta.

– A parte de con los sobaos de hoy o el clásico pan, las torrijas también las puedes hacer con rosca, restos de un bizcocho, brioches, bollos de leche…. y bañarlas además de con leche, con vino (todo un clásico), almíbar, miel, licores de frutas, …

 

Los pasos clave:

Calienta la leche con las pieles de limón,
naranja y canela, al fuego o en el  micro.
Bate el huevo y vierte encima la leche colada.
Corta los sobaos por la mitad.Pasa los sobaos por la mezcla de los huevos.
Disponlos en una fuente y déjalos en el congelador
como mínimo una hora.
Reboza los sobaos en el azúcar.
Calienta una  a fuego medio/bajo sartén 
antiadherente con unos trocitos de mantequilla, tan 
pronto se funda, introduce los sobaos congelados. 
Ve girándolos con cuidado para que se caramelicen
por todas las caras.

Acompáñalas de unas natillas, o un helado, o…

 
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