Ya estamos de lleno en La Semana Santa y si hay un dulce que en estas fechas no puede faltar es la tradicional torrija.
Para mi hablar de torrijas, buñuelos, pestiños o rosquillas, es igual que hablar de sabores a otros tiempos, a tiempos de antaño. A tiempos como en los que Picadillo trasteaba por su cocina, allá por el 1.905.
¿Cómo serían las torrijas en aquella época?
¡Pues me parece que no muy distintas que estas!. Porque las he hecho por una receta de la Cocina Práctica
Necesitas:
Para las torrijas
- Una barra de pan del día anterior
- 650 ml. de leche
- 200 gs. de azúcar
- canela en rama y molida (para adornar)
- 3 huevos
- pan rallado
- un vaso de aceite de oliva virgen
- un vaso de aceite de girasol
- 70 g de mantequilla
Para las natillas
- 4 yemas
- 100 g de azúcar
- 600 ml. de leche
- vaina o esencia de vainilla
Para en merengue
- 4 claras
- 50 + 200 g de azúcar
- 130 ml de agua
- pizca de sal
- unas gotas de zumo de limón
Como se hace:
Para la torrijas
Corta el pan en rebanadas un poco gorditas, de centímetro y medio, más o menos, para que no se rompan, y colócalas en una fuente – yo utilizo las del horno-
Mezcla la leche con el azúcar y la canela, caliéntala ligeramente -puedes hacerlo en el micro- hasta que se disuelva el azúcar y viértela sobre el pan.
Gira las rebanadas para que absorban la leche por ambas partes y pásalas por huevo batido y pan rallado.
En una sartén pon el aceite de oliva virgen, el de girasol y añade la mantequilla. Estas cantidades las puedes variar en función del tamaño de la sartén que emplees.
Cuando el aceite este caliente -y la mantequilla fundida- ve friendo las torrijas a fuego medio, hasta que se doren ligeramente.
Retíralas de la sartén y colócalas en un papel absorbente para eliminar el exceso de grasa.
Para la natillas
Calienta la leche con la vainilla, si quieres por comodidad utiliza el micro, pero que no hierva.
En un cazo coloca las yemas y el azúcar y bate hasta obtener una crema suave. Añade la leche templada y revuelve. Pasa la mezcla por un colador para eliminar posible impurezas -siempre queda algo del huevo-.
Vuelve a poner la mezcla en el cazo, y sin dejar de revolver cuece a fuego medio hasta que espese ligeramente -no se trata de una crema pastelera-. En ningún momento pueden hervir, porque se cortarían. Un truco es apartarlas de fuego unos segundos, a intervalos, siempre sin dejar de revolver. Si las haces al baño-María tampoco tendrás problemas.
Puedes comprobar que están listas cuando después de sumergir una cuchara en las natillas el dorso queda cubierto con una fina película de crema.
Reserva. (Al enfriar aun espesan un poco más)
Para el merengue
En un cazo pon 200 g azúcar y el agua al fuego medio. Remueve un poco al principio para que se disuelva el azúcar. Empezaran a hacerse unas burbujas, ahora ya no debes remover más, deja que se haga un almíbar.
Mientras en un bol pon las cuatro claras, la pizca de sal y 50 gs de azúcar. Bate hasta montar a punto de nieve.
El almíbar estará cuando consigas un «punto de bola flojo», lo sabrás cuando después de sumergir un tenedor en el cazo, al levantarlo se deslicen unas gotas pero queden sujetas en la punta. Si tienes un termómetro estará listo al llegar a 118º C.
Retira el cazo del fuego y ve vertiendo un hilo de almíbar sobre las claras que tiene montadas, sin dejar de batir y sin que toque las varillas. Debes conseguir un punto de nieve firme.
Añade una gotitas de limón, hará que quede más firme y brillante. No dejes de batir hasta que enfrié el recipiente.
Para montar la torrija:
Según Picadillo «en una fuente apta para el horno debes colocar la torrijas, se bañan con las natillas , se adornan con el merengue y se meten en el horno».
Yo he encendido el grill para dorarlas ligeramente -ojo que enseguida se queman-. Puedes hacerlo así o también ponerlas es platos individuales y pasar un soplete por el merengue, o si no quieres liarte espolvoréalas con canela. ¡Quedarán estupendas de cualquier forma!
Sugerencias:
El pan que yo suelo utilizar para las torrijas, -a no ser que las haga para aprovechar alguno atrasado- el que compro para este fin. es la bagette artesana. Y no porque me guste más, y quizá los entendidos opinen que no es el más apropiado, lo hago porque es el más delgado y las torrijas mas salen más pequeñas. Particularmente las prefiero así y que quede la opción de repetir, si supo a poco.
Aunque son un tanto laboriosas porque tienen varias preparaciones, el resultado es buenísimo. ¡Creo que te van a sorprender tanto como a mi! ¡a ti y a los tuyos!