Alguna de mis amigas dice que hacer la crema pastelera es un rollo, así que para no complicarse utiliza uno de esos preparados que hay en el mercado para hacer flanes.
Es una alternativa, por supuesto, y en ocasiones puede sacarnos de algún apuro, ¡uf, pero… pero… pero…!
A mi me parece que es una pena que después de haber hecho, por ejemplo, un bizcocho o una pasta choux, luego se rellene la tarta, los profiteroles, o lo que se vaya a preparar, con una crema de «imitación», ¡PORQUE SE NOTA MUCHO!.
Hacer una crema pastelera es bastante sencillo, y mucho más si utilizas maicena en vez de harina.
¡Así que sí perteneces a ese grupo, como alguna de mis amigas, que ya se ha rendido y ni siquiera se atreve a intentarlo, te animo a que tan pronto tengas ocasión te pongas manos a la obra!. Si sigues estos pasos, te garantizo que no se te cortará, ni te encontrarás con los desagradables grumos, (si llegado el caso asomase alguno, puedes utilizar la batidora).
Necesitas:
- 500 ml. de leche
- 4 yemas de huevo
- 125 g. de azúcar
- 45 g. de maicena
- un trozo de la piel de un limón
- vainilla o azúcar avainillado
- una nuez de mantequilla
Como se hace:
Antes de nada, la crema puedes aromatizarla con lo que más te guste. Lo clásico es emplear vainilla y la piel de limón, pero si prefieres otros ingredientes, canela por ejemplo, pues a tu gusto.
Pon al fuego un recipiente con casi toda la leche, reserva medio vaso, la piel del limón y la vainilla. También puedes utilizar el micro, (unos 6 minutos a máxima potencia). Así que hierva, tapa y deja reposar.
Mientras, en un cazo pon las yemas con el azúcar y bate con unas varillas.
En el medio vaso de leche reservada disuelve la maicena ayudándote de una cuchara. Pasa por un colador por si quedara algún grumito y añádela a las yemas. Bate hasta integrar completamente. Ojo, esto siempre fuera del fuego.
Cuela la leche de la vainilla y ve añadiéndola a la mezcla poco a poco, sin dejar de remover. A estas alturas la leche estará templada. Es importante no incorporarla muy caliente sobre las yemas porque las cocería. Cuando esté todo bien ligado lleva al fuego, antes no. Remueve con las varillas constantemente hasta que la crema espese, sigue trabajando unos minutos.
Retirala del fuego y añádele la mantequilla, le dará brillo.
Sugerencias:
Si no tienes vainilla en vaina puedes utilizar extracto o una cucharada de azúcar avainillado.
Si no vas a utilizar la crema inmediatamente cúbrela con film, pegándolo a la superficie, para evitar que el aire la reseque.
¡Ya tienes una estupenda crema para rellenar tus postres!.